Redactor: Juan Pablo Montero
Entrevistamos al autor de ‘Fuego sobre Igueriben’ a uno de los ganadores del ‘Premio Novela Histórica’ que entrega el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, David Gómez. Ingeniero e investigador apasionado por la historia africanista, las colonias españolas y los últimos años del protectorado en Marruecos.
¿Por qué te llaman tanto la atención las guerras africanistas?
Todo empezó en el colegio, tendría 13 ó 14 años cuando mi profesor de Sociales, D. Pedro Poyatos nos contó lo que ocurrió en Annual. Me impactó saber que en aquellos días murieron diez mil soldados españoles. Desde entonces hasta ahora, aunque no de forma continua pero sí constante, buscaba y guardaba todo lo que estuviera relacionado con La Guerra del Rif. Cuando llegó a mis manos las memorias del teniente Casado, único oficial superviviente de Igueriben, supe que tenía que escribir sobre ellos. No sólo de la batalla de Igueriben sino de lo que aconteció en aquella guerra.
¿Los militares españoles fueron abandonados a su suerte en esos conflictos, sobre todo en la última etapa?
Muchos soldados fueron abandonados a su suerte en aquellos tristes días. Hay declaraciones de supervivientes en las que se reflejan que hubo oficiales que salieron corriendo, abandonando a sus soldados, y está claro que estos, ante el ejemplo de sus superiores, hicieron lo propio.
En otros casos, fue todo lo contrario; los oficiales dieron ejemplo de dignidad y lealtad a sus hombres luchando en la posición con ellos hasta el final. El llamado Desastre de Annual se debió a muchos y variados factores, uno de ellos fue el miedo, cundió el pánico y hubo oficiales que no estuvieron a la altura. Entre los soldados había mucho miedo al rifeño, pues era un enemigo contra el que no combatían; quedando esta labor para los soldados indígenas, Regulares y cabilas amigas; ya que los mandos y la clase política no querían que murieran soldados españoles en África por el levantamiento social que aquello pudiera ocasionar.
¿Quién era Abd el Krim?
Abd el Krim fue un personaje complejo, como todos los líderes. Fue el hijo de un caudillo rifeño afín a España, de los llamados “pensionados”. Líder de la cabila de los Beni Urriaguel. Como su padre, en un principio fue aliado de España; escribía en el Telegrama del Rif, el periódico de Melilla y era asesor de la Oficina de Asuntos Indígenas, al mando del coronel Morales. Estaba totalmente integrado en la sociedad y ambiente melillense y conocía la mentalidad de la oficialidad destinada en Melilla. Con el inicio de la I Guerra Mundial, toma partido por el bando germano al ser Turquía aliado de Alemania.
Esto provoca el recelo de los franceses que lo acusan de colaboracionista y piden a España que lo encarcelen. España cede a las presiones francesas y encarcela a Abd El Krim. El líder rifeño empieza a considerar a España como su enemigo al sentirse traicionado. Posteriormente es liberado y finalizada la guerra en Europa pide unos días de vacaciones en la redacción del periódico y ya no volverá más a Melilla. Vuelve a su cabila y empieza a gestionar y a dar forma a su venganza, a su revolución. Levanta contra España a las cabilas rifeñas disfrazando de independencia lo que busca realmente, que no es otra cosa que es enriquecerse, aún a costa de sangre. Como ves, es un arquetipo que se repite con relativa frecuencia en la Historia.
Háblame de cómo construiste la historia de la novela
Verás, yo quería contar lo que sucedió en Igueriben; quería que el lector sintiera el sufrimiento de aquellos hombres al leer la novela. Y quién mejor para contar una guerra que un reportero. Es algo que tenía claro desde el principio. El protagonista debía ser un periodista.
En mi novela quería ser muy fiel a los hechos, introduciendo de forma natural a un personaje ficticio que se moviera libremente entre los reales, pero también quería que el lector pasara un mal rato al leer la novela, que se sintiera como un soldado del Ceriñola 42 en Igueriben, que sintiera sed, angustia, que no supiera si iba a ser rescatado o no, intentar llevar la ansiedad de lo que aquellos hombres vivieron a una persona que se sienta cómodamente en su sillón y abre las páginas de mi novela. Por tanto, el lector sólo sabe aquello que mi protagonista ve y oye desde el parapeto de Igueriben.
No sabrá lo que pasa más allá. Quería hacer un homenaje a los hombres que allí estuvieron por lo que decidí que, salvo el protagonista y un par más de personajes, todos los nombres de los soldados que aparecieran fueran reales, así pues, todos aquellos soldados que aparecen lucharon en Igueriben. Si los protagonistas de Igueriben hubieran sido americanos, hoy habría media docena de películas sobre el tema. Creo que los españoles somos el peor enemigo de nuestra propia Historia, debemos quitarnos complejos. Se trata de hacer justicia, de pagar una deuda con aquellos hombres que murieron lejos de su hogar y han estado ocultados.
Primera novela y un éxito espectacular. A esto se le llama llegar y besar el santo
Reconozco que esto es algo que no suele suceder, soy consciente de lo privilegiado que he sido, por eso mismo creo que ahora es cuando más debo trabajar y continuar con la idea inicial. Dar a conocer lo que allí ocurrió, es imposible que todos los hechos se condensen en un libro, pero espero conseguir que el lector se sienta tan identificado con aquellos hombres que después de la lectura quiera investigar y conocer más de la Guerra del Rif.
Ingeniero de minas y escritor ¿Qué te apasiona más?
Soy Ingeniero Técnico de Minas y.… bueno, nunca pensé en ser escritor. Cuando decidí escribir la historia de Igueriben, lo hice para mis hijos, con la idea de que supieran lo que allí ocurrió. Que se haya publicado ha sido cuestión de azar. Lo que yo soy ante todo es lector, me emociona llegar a las últimas páginas de una novela, ese momento en el que la ansiedad te invade tanto por conocer el final de la historia como por elegir el libro que será el siguiente en caer en tus manos, que aventura estás dispuesto a vivir. He escrito un libro; que ha sido premiado por escritores y ha tenido una gran acogida, pues, aunque no lo parezca, muchos españoles quieren saber lo ocurrido en la Guerra de Marruecos del 21; pero llamarme a mí mismo escritor me da cierto pudor.
¿Cómo fue recibir el Premio de Novela Histórica en Pozuelo junto a Alicia Vallina?
Pues una gran alegría, como te puedes imaginar, ha sido algo inesperado. Al ser ex aequo, con Alicia Vallina, creo que le da un valor doble al premio por lo disputado de éste. Unos amigos; Pedro Santos del canal de youtube “El Búho entre Libros” y Belén Sanz; me animaron a participar y no me lo pensé.
Este premio, para mí, significa que en cierta medida he cumplido mi objetivo de difundir la historia olvidada de aquellos hombres que murieron lejos de su hogar. Que haya sido otorgado por La Asociación Escritores con la Historia es muy gratificante y a la vez es una gran responsabilidad, se trata de escritores de un nivel altísimo y debo corresponder la confianza otorgada.
Todo el mundo habla de la guerra en este momento por desgracia, ¿se puede dar de nuevo un enfrentamiento bélico como en el otro siglo a nivel mundial?
Los enfrentamientos bélicos son, han sido y serán lo mismo: personas matando a personas. Gente que no se conoce acuchillándose, disparando desde la trinchera, torpedeando barcos en el Atlántico o guiando un misil.
Cada guerra que sufrimos cambia la forma en que nos matamos, aumenta la capacidad de destrucción y el sufrimiento es mayor, por lo que las heridas tardan más en cerrarse; pero se trata de lo mismo. Siempre hay manipuladores que arrastran a las personas a matarse. Y contra esos manipuladores sólo hay un remedio. Cultura. Cultura y valentía para no dejarse engañar ni permitir que quien no sea digno, gobierne un país y el destino de millones de personas.
¿Para cuándo el próximo libro?
En ello estoy. Llegó a mis manos una documentación muy valiosa de lo sucedido en aquellos días y quisiera darla a conocer. Testimonios de supervivientes inéditos que han sido guardados por familiares y creo que merecen un homenaje, un recuerdo. Nadie muere del todo si no es olvidado. Quiero desde mi modesta trinchera, difundir lo que ocurrió en aquella guerra; contar lo que pasó, intentar que ese capítulo de nuestra Historia, si no se estudia en las aulas pueda leerse en las bibliotecas o en las librerías y así, no sólo evitar su olvido, sino también evitar que otros nos cambien nuestra propia Historia.