La magia vuelve a los escenarios de la mano, o en este caso de la voz, de uno de los artistas con el directo más cautivador del panorama musical español. El día y la noche, el yin y el yang, el agua y el fuego, el norte y el sur… Miguel Campello lanza su nuevo álbum “Noche y Día”, el cual consta de 20 canciones que forman así un disco doble, diferenciado por la noche y el día, donde la experimentación destaca, dándonos un abanico amplio de experiencias y sentimientos nuevos.

 

Su séptimo álbum de estudio nos ofrece sonidos nuevos, experimentales, diferentes, pero siempre manteniendo su tan reconocible sello de identidad. Desde rumbas, hasta cumbias, pasando por technos y flamencos con líneas de bajo distorsionadas

Redactor: Juan Pablo Montero

 

¿Cómo ha sido el proceso creativo, Miguel? ¿Querías que el disco tuviese 20 temas desde el principio?

El proceso ha sido laborioso, encontrar la vestimenta a cada tema no ha sido fácil. Cada canción ha sido un mundo. Todo empezó durante la pandemia y ese tiempo lo aproveché para crear este disco. Creo que no ha sido intencionado, tenía 20 temas y no quería dejarlas en un cajón. Son canciones de ahora y este era el momento de que vieran la luz.

 

Hemos vivido en muy poco tiempo “una noche eterna”. Ha tenido mucho que ver la pandemia a la hora de diseñar este disco

Sí, todo tiene que ver. Nos tocó aprender a asimilar la noche y a descubrir de nuevo el día después de tanto tiempo padeciendo la oscuridad.

 

¿Qué le recomiendas al oyente, empezar por la noche o por el día?

Yo empezaría con el día. Cada uno que haga lo que quiera. Muchas veces se unen esos dos estados, estos dos momentos el anochecer y el amanecer son mágicos.

 

Estamos hablando de un viaje en el tiempo con este disco. La sensación es brutal

Cada canción ha ido pidiendo un sonido. Al final el propio tema te pide ese estado de ánimo. Cuando te sumerges en ese estado de composición yo me fijo mucho en la raíz, me viene a la cabeza Bambino o el rock andaluz.

 

Justo, tenía por aquí apuntado Bambino y Triana

No, la verdad es que no vas mal encaminado, son dos referentes que se quedaron grabados para toda la vida. Esos viajes de coche con mi padre que ponía a Bambino a reventar, Triana si es verdad que se escuchaba más en casa de mi tío Miguelillo.

 

Fíjate, para que te hagas una idea, para mí el sonido de la guitarra no es lo importante, cuenta más el solo. Soy muy callejero, en ese sentido hemos tirado más de la espontaneidad. El Josue cogía la guitarra eléctrica, que es el bajista, pero lo toca todo, y de repente sonaba algo espontáneo. Eso es lo que era la música antigua.

 

¿Se está perdiendo la espontaneidad a la hora de componer música?

Tiene que pasar un tiempo para ver qué es lo que se queda. Antes de las visitas prefiero que perdure. Es cuando te haces la pregunta de qué prefieres una cabaña con cuatro maderas o una que esté bien hecha. Yo prefiero esto último.

 

¿Esta cabaña que has hecho tiene hasta calefacción…?

(Risas). Sí, la verdad es que esta cabaña es de las buenas.

 

¿Te atreverías a decirme ahora mismo cuál es la canción o canciones de este disco que más pueden triunfar o que más te gusta en este momento?

Todas las canciones tienen para mí un sentimiento especial, para mí todo es una misma canción, lo que pasa tienes que separarlas para escuchar un disco. Te pongo el ejemplo de Morente, a mí me gustaba escuchar un disco seguido. Es como cuando te pones a ver una película. Los anuncios de la televisión son cortes que te hacen parar y te hacen perder el hilo. Antiguamente sabías el orden de las canciones de los discos.

 

En definitiva, cada uno tiene sus gustos y lo puede escuchar como pueda.

El espacio temporal me pasó que quería un sonido raro y antiguo en la voz y como tenemos tantas posibilidades en el día te puedes volver loco. Aunque los discos pueden no estar acabados, me gustaría un día coger una canción antigua, ya pasada, y transformarla. ‘Locura’ o ‘De Los malos’, cualquier canción pasada y ver qué me produce ahora. Los temas nunca están cerrados.

 

Como dice el tema de tu disco, no hemos acostumbrado en los últimos años en “silencio”

Yo me fui de Madrid y me acostumbré a otra cosa, pero como viví once años en Madrid estaba acostumbrado al jaleo y hasta que no vuelves no te das cuenta de lo que había. Es una locura, una bendita locura. A mí me flipa de vez en cuando compartir esta locura.

 

¿Este disco es para escuchar en recintos pequeños, grandes, de noche, de día?

No importa el ropaje, da igual. Las canciones empiezan siendo una voz y una guitarra y eso da igual dónde los escuches. Lo importante es que funcionen con lo mínimo y dónde suenen da igual.

 

¿Tienes nervios por el lanzamiento del disco después de tantos años?

Sí, se sigue manteniendo y esto va a más. Tiro de mi voz y muchas veces digo, la panzada de escribir que me he pegado y ahora todo esto tengo que cantarlo en directo y a la de una (risas). En directo no te puedes parar y empezar de nuevo y en estudio sí, es totalmente diferente.

 

Nos pasa a todos que no sabemos encontrar el equilibrio. Te preguntas si hago esto soy tan bueno que muchas veces parezco tonto y al revés. Ese pensamiento lo tenemos todos. Fíjate, yo pido disculpas hasta cuando la gente me empuja por la calle, yo les pido perdón a ellos. Me echo yo la culpa. La clave está en el equilibrio, en los tonos grises. Al final el disco se convierte en lo que muestra la portada, no sabes si es de noche o de día. Es gris.

 

Hay un chiste que dice, Joe que perro más raro, parece un gato, pero si es un gato, pues parece un perro (risas). Pues esto es lo mismo. Tengo muchos chistes que me ayudan a esa filosofía de vida.

 

¿En Madrid cuándo te podremos ver?

El próximo día 11 en la sala Riviera. Os espero allí.