Iván Villarrubia, consultor de movilidad ciclista en EBxM
Hay algunos lugares del planeta donde la concentración de talentos, empresas i+D+i, apertura de mente y bienestar físico está generando un nuevo tipo de ciudadano en el que creatividad, el deporte, la actividad laboral y el manejo de las tecnologías se funden haciendo difícil distinguir el tiempo de ocio del de trabajo. Sillicon Valley es el ejemplo más conocido. El oeste de Madrid reúne condiciones para serlo si es capaz de introducir el contacto con la naturaleza en su rutina laboral.
El 60% de los viajes de Pozuelo, Boadilla y Majadahonda se realizan en coche, en tendencia creciente desde hace años. La mitad de esos viajes tiene menos de 4 km y se podría realizar en bici en 15 minutos. Muchos ciudadanos lo comprueban cada fin de semana porque la afición del ciclismo deportivo en la zona es grande, pero luego lo olvidan al llegar el lunes.
La distinción entre bici deportiva y transporte al trabajo se está difuminando rápidamente por cambios en hábitos de movilidad acelerados por el COVID. El teletrabajo ha eliminado viajes y roto la esclavitud de la hora punta, el deporte al aire libre gana puntos frente al gimnasio, y el abaratamiento de las bicis con asistencia eléctrica están permitiendo que cada vez más gente pueda cubrir mayores distancias sin los obstáculos de las cuestas o el sudor.
Si la baja densidad del oeste de Madrid dificulta moverse a pie o tener un transporte público competitivo, la bici eléctrica aparece como la solución más rápida. Un ejemplo: Pozuelo Estación a La Finca son 20 minutos en bici usando sendas tranquilas y calles residenciales ajardinadas, 15 si es eléctrica. Los mismos que en coche… pero sin tener que aparcar.
Un punto privilegiado capaz de alcanzar destinos relevantes en 15 minutos de bici a través de entornos naturales es Montegancedo: En ese radio se alcanza el centro de Boadilla o Pozuelo, 3 universidades, 5 zonas empresariales y 2 hospitales, usando en su totalidad sendas, vías pecuarias o calles residenciales ajardinadas. Es la manera de fundir el trayecto al trabajo con el ocio y el tiempo de gimnasio, algo que estimula enormemente la creatividad y el pensamiento lateral, y que completa la pieza que falta para convertir el oeste de Madrid en una ciudad creativa.