Máximo Huerta es escritor y periodista y ha ganado el “Premio de novela Fernando Lara 2022” con ‘Adiós, pequeño’, un viaje al pasado contado con una ternura estremecedora. Cuando los recuerdos se narran desde la sinceridad más desgarradora es difícil no terminar la novela con un abrazo

Redactor: Juan Pablo Montero

No sé si te lo habrán dicho mucho, pero en gran parte de la novela el lector se siente identificado con el relato

Absolutamente, como un espejo. A mí me gusta mucho que me ocurra como lector y que esté sucediendo con esta novela es una satisfacción.

 

Esta obra es una vuelta a los orígenes, las casas de los pueblos emanan recuerdos por los cuatro costados

Así es, he regresado a eso, a los caminos, al ocio de entonces, a las lumbres, al hogar como un elemento principal, como si fuera un ser vivo.

 

“Flequillo rebelde y peinado con colonia”. Ahí empieza la historia

Ahí empieza la vida. Empiezas a vivirla torpemente o con algún acierto. Ahí inicia el protagonista de esta novela, a duras penas, a tirar hacia delante.

 

Me da la sensación de que al principio de la novela cuentas la historia de un niño infeliz, pero a medida que avanza cambia mi percepción y veo a otro niño, uno que a pesar de la infelicidad que existe alrededor busca encarecidamente ser feliz

Es la historia de un niño que siempre ha intentado ser feliz. Muchas veces no eres consciente de la felicidad o de la infelicidad hasta que no tienes una perspectiva de años

 

¿Es complicado enfrentarse a contar la historia de tu padre o de tu madre, por muy duras que sean?

Cuando empecé esta novela no me di cuenta de que ya la tenía en las manos. Es una novela que ya estaba dentro, no he tenido que escribirla sino traducirla. Me he dejado invadir por la obra, no he tenido que ir a buscarla fuera a escenarios que no conozco o a otras épocas. A veces las mejores historias las tenemos muy cerca y hay traducirlas con el dolor que conlleva.

 

Siempre suelo preguntar por la documentación, aquí lo tenemos claro

Así es, la fuente ha sido mi madre. Tan sencillo a priori, pero tan difícil por todo lo que no quiere contar o todo lo que no cuenta. Las familias están construidas llenas de silencios. Mi madre guarda muchos silencios de los que no quiere hablar.

 

Me viene a la cabeza el nombre de Alejandro, una verbena sonando Rafael de fondo y un amor de juventud. Si no es por la novela no lo hubieras sabido nunca

Ni tampoco que mi madre vistió de rojo, pero nunca más lo pudo volver a hacer porque mi padre no le dejaba. Nosotros las tratamos como madres, pero antes eso han sido mujeres y niñas y esa es una etapa invisible. Ahí he tenido que conformarme con lo que me ha querido contar para escribir la novela.

 

Algo parecido es lo que te ocurrió con tu padre antes de morir, sobre todo sus últimos años

Esta es la historia de un matrimonio que se tuvo que acostumbrar a vivir juntos aunque los dos hubieran tenido otro amor, aunque hayan amado a otras dos personas. Ser consciente de eso les da más importancia a los padres. Les convierte en lo que realmente son: hombres y mujeres. Casi todo el mundo se ve reflejado porque ha habido muchas verbenas de San Juan frustradas.

 

Al principio de la novela dices que tu madre hubiera sido más feliz si tú no hubieras nacido, pero al final dices lo mismo de tu padre

Sí, en el fondo hubieran sido felices eligiendo otras vidas, pero en esta España era muy complicado. El qué dirán, el miedo, los comentarios… las opiniones pesaban muchísimo. Ahora es muy fácil ser moderno, pero en otra época no era así.

 

En este caso queda claro que el amor de tu vida ha sido tu madre

 Creo que ha sido más al revés, mi madre fue feliz al verme feliz.

 

¿Incluso renunciando a la felicidad?

Hay momentos en los que son conscientes de que esa felicidad ya se perdió. Entonces para ellos la felicidad consiste en buscarla en tu hijo y en el de las personas cercanas.

 

En la novela cuentas que tu madre y tú fuisteis “preso y prisionera” de cada uno

Esos hombres de los sesenta que pedían respeto, pero lo único que ofrecían era miedo. El niño se convierte en cuidador de la madre y ella protectora del hijo. Como decías antes, la casa fue hogar y al mismo tiempo prisión.

 

Hay un capítulo muy duro en el que discuten el padre y la madre y el hijo acude al rescate. Es escalofriante. Realidad pura y dura

Así es, el libro es tremendamente sincero, aunque la memoria es muy novelera, lo transforma todo. Algunos recuerdos como ese, por muy duro que sea, jamás se han ido de la memoria (no profundizamos más para no hacer spoiler).

 

¿No sé si con los años la historia se ha ido modelando para bien o para mal?

 No hay una mirada con rencor. Es complicado, cuando uno escribe lo que recuerda dice lo que siente.

 

También me he quedado con momentos muy buenos

Sí, esta novela es una celebración de la vida.

 

Me quedo con ese helado de chocolate del que hablas con tu padre…

Sí, la complicidad con mi padre llegó muy tarde, a destiempo y fuera de lugar, porque cuando tuvo que existir el padre y el hijo que pudieran jugar juntos no existió. Tuve un padre ausente que era camionero y con la edad, en los últimos años, es cuando la mirada se hizo más amable. Aunque no compartiera nada de lo que hizo a lo largo de su vida, comprendo de dónde viene su forma de ser.

 

Por ejemplo, el accidente de camión

Sí, un accidente gravísimo que marcó su vida y la de toda la familia.

 

Hablando de escritores, destacaría la influencia de Delibes en la novela

Sí, porque cuando un niño vive una infancia complicada, su habitación se convierte en la celda del castillo. Entonces leer es la mejor máquina del tiempo, fue esencial para encontrar otros lugares en los que no hubiera malos humos o voces más graves.

 

¿Ha sido el libro más difícil de escribir, pero a su vez el más fácil?

Ha sido el más difícil emocionalmente, pero el más fácil porque ya lo tenía dentro.

 

¿Cuáles está siendo las reacciones de los lectores?

Me está sorprendiendo lo conmovidos que los lectores leen la novela y como la terminan con un abrazo.

 

Veo esta novela llevada al mundo del cine o de las series

Alguien de cine me dijo hace poquito que ‘Adiós, pequeño’ era nuestro ‘Cinema Paradiso’ español. Porque también han pensado ya lo que me acabas de decir. No me lo había preguntado nadie, has sido el primero, no había tenido la oportunidad de decirlo.