Redactor: Juan Pablo Montero
Llega el verano y la presencia de la gente se dispara en las piscinas o los centros deportivos, sobre todo en municipios como Pozuelo de Alarcón. Uno de los miedos que sufren los vecinos es el de la muerte súbita. Precisamente durante la disputa de la Eurocopa vimos como Eriksen, jugador de Dinamarca, salvaba la vida gracias a la rápida intervención del cuerpo médico y a contar con los materiales necesarios para ser asistido.
Estamos ante uno de los mayores enemigos del ser humano, en un a o mueren en España aproximadamente entre 40.000 y 60.0000 personas por muerte súbita según el CERCP (Consejo Español de Reanimación Cardiopulmonar) y solo en Estados Unidos se dan 700 mil casos según la AHA (American Heart Association).
Por infarto agudo de miocardio fallecen el 70% de pacientes antes de llegar a un hospital. En menores de 44 años, la causa más frecuente es la traumática, el 40% pierde la vida en las dos primeras horas y antes de llegar a un centro hospitalario.
Las causas cardiacas más habituales son las enfermedades coronarias, el colesterol y la hipertensión arterial, aunque también podríamos sumar las de atragantamiento, ahogamiento, el sobreesfuerzo, el asma o la intoxicación. Los síntomas más habituales serían la opresión, el quemazón o el dolor en el pecho.
Cuando tenemos constancia de que se está produciendo la parada deber amos seguir con lo que se llama ‘La cadena de supervivencia’, esta consiste en el reconocimiento precoz y pedir ayuda, resucitación cardiopulmonar (RCP), desfibrilación, soporte vital avanzado efectivo y cuidados integrados después de la parada cardíaca. Todos los eslabones son igual de importantes.
Muchas veces, cuando realizamos la llamada a emergencias, no sabemos explicarnos debidamente por los nervios, los datos que demos deben ser claros y concisos. Dar la ubicación de la manera m s detallada posible, el número de teléfono de contacto, explicar el tipo de incidente, el número de víctimas y a ser posible, decir la edad aproximada. Por último, comunicar la ayuda con la que contamos en el lugar y nunca colgar el teléfono hasta que nos lo digan el experto que está al otro lado.
Todo este proceso mejora de manera drástica si contamos con un DESA o DEA (Desfibrilador Externo Semiautomático). En la actualidad son fáciles de manejar y baratos.
La importancia de los desfibriladores
Nuestro periódico se puso en contacto con una de las empresas punteras en lo que se refiere a salvar vidas, East Emergency. Su CEO, Miguel Tejedor, nos contó que en el año 2017, y viendo los números de muertes por parada cardiorrespiratoria, decidieron crear la empresa. Los fundadores vieron que el sector estaba muy deshumanizado y solo se fundamentaba en el acto de vender, todo esto sin tener en cuenta otros factores como el asesoramiento y la formación del cliente que compraba un desfibrilador, por ejemplo.
Formación en emergencias, auditorias de seguridad, venta de materiales y lo más importante de todo, asesoramiento. En todas las situaciones que se puedan generar estas necesidades nosotros podemos estar vinculados. Nuestros clientes son desde grandes cadenas de hoteles hasta el panadero del barrio, eso es lo que nos diferencia de las demás empresas.
Le preguntamos a Miguel por la importancia de los desfibriladores en la actualidad. Él nos pone un ejemplo muy fácil de entender: ¿nos imaginamos un edificio, una piscina, un colegio o un hotel sin un extintor para poder sofocar un incendio? Bueno, pues con los desfibriladores deber a ocurrir los mismo. Es increíble que a estas alturas el n mero de muertes sigan siendo tan elevado.
El tiempo que separa una muerte de un mal recuerdo son apenas minutos. El tiempo aproximado que tarda una ambulancia en llegar a atender un paciente que está sufriendo una parada cardiorrespiratoria es de media y dependiendo de donde ocurra, unos 14 minutos, si tenemos cerca un desfibrilador los números descenderían a cotas increíbles. Estar amos hablando de hasta casi un 80% menos de fallecimientos.
¿Es obligatorio un que un hotel o un colegio tenga un desfibrilador? Los hoteles que tienen menos de 100 habitaciones no están a obligados a tener desfibriladores y los colegios con menos de 500 alumnos tampoco. Por eso te pon a el ejemplo anterior de los extintores, en cualquier comercio, colegio u hotel encontramos extintores y no ocurre lo mismo con los desfibriladores, nos afirma Miguel. Miguel impartió un curso en el punto de información de Montegancendo en el que además de exponer los datos que contamos en este reportaje nos explicó que existe otra causa de muerte igual de preocupante y que no se tiene tanto en cuento, hablamos de los atragantamientos.
En el año 2017, solo en nuestro país, fallecieron 2.336 personas por OVACE (Obstrucción de Vía aérea por Cuerpo Extraño). En adultos la mayor a de los OVACE se relacionan con incidentes en comidas o cenas. En cambio, en los ni os se relacionan con el ocio, juguetes o clips, tapones de bol grafos y, como no, también con la ingesta de alimentos. El 90% de las muertes por OVACE son ni os menores de 5 años, el 65 % son todavía a lactantes, relataba con preocupación el CEO.
Además, nos cuenta que si se contase con un dispositivo anti-atragantamiento y hubiera más personas con conocimientos de primeros auxilios, como saber llevar a cabo golpes interescapulares o la maniobra de Heimlich, no os podéis imaginar el número de vidas que se podrían salvar.
Para finalizar, Miguel Tejedor resume todo en los siguientes puntos: Si colocamos el DESA en el primer minuto existe un 95% de probabilidades de recuperación sin secuelas. Más vale estar preparados para algo que nunca sucederá a que suceda algo para lo que nunca estuvimos preparados.