Juan Pablo Montero
En los tiempos actuales, en los que vivimos muchas costumbres que van pasando a mejor vida, -es normal y natural- el susurro del ayer me sigue despertando sensación de felicidad. Lo que antes era vanguardia ahora se ha quedado obsoleto, la caducidad es la definición de nuestro olvido.
Cuando hablamos de olvido para tratar de explicar que la sociedad avanza se me parte el alma, se utiliza el significado como algo lógico y, si cabe, necesario. Jamás debería ocurrir esto. Esta introducción de este artículo tiene un claro sentido, no es baladí. La memoria es una de las prácticas más criticadas en este siglo XXI, de por sí, en las instituciones educativas si hablamos de esta práctica seremos catalogados como “viejunos”, antiguos o pasados de moda. El descrédito al recuerdo gana adeptos día tras día.
Bueno, pues aprovechando que el 21 de septiembre es el Día Mundial del Alzheimer, quiero reivindicar el uso de la memoria, del recuerdo como llave de la felicidad. Eso sí, cuando digo el recuerdo me refiero a la memoria a largo plazo, esa que vale la pena retener en nuestro disco duro mental toda la vida.
Me viene a la cabeza mi abuela. Se llamaba Cándida, eso nunca lo olvidó. En sus últimos años de vida los sucesos pasados se iban perdiendo en el horizonte o simplemente se iban mezclando con hechos de décadas en las que las castillas todavía eran La Vieja y La Nueva. Los recuerdos a largo plazo seguían siendo losas inamovibles que perduraban por encima del ayer o incluso horas atrás. Eso me hacía pensar que si no olvidaba su época de juventud era porque la felicidad iba ligada a su más temprana edad.
Al igual que a mí me emocionaba su recuerdo esto mismo le ocurre a cantidad de gente que ve como se le iluminan los ojos cuando ese familiar cercano recuerda quién y le llama por su nombre. Cuidemos el pasado, para bien o para mal lo ocurrido tiene que recordarse para no seguir tropezando con la misma piedra.
La memoria es el Santo Grial para vivir de forma infinita, no vaciemos ese néctar que nos transporta a la felicidad.