Pozuelo de Alarcón se sitúa como una de las ciudades más sostenibles de toda España. La Red Española para el Desarrollo Sostenible y la Federación Española de Municipios y Provincias así lo han dado a conocer. El municipio madrileño se encuentra dentro del grupo selecto que a través del trabajo y constancia se está convirtiendo en referente de sostenibilidad. 

Prueba del compromiso del Ayuntamiento con el medio ambiente es la aprobación inicial del proyecto de reparcelación de Montegancedo, un nuevo barrio que proporcionará 35 hectáreas de zonas verdes a la ciudad -el equivalente a 50 campos de fútbol-. 

Los resultados que posicionan a Pozuelo como ciudad sostenible han sido publicados en un estudio elaborado por Inés Sánchez de Madariaga, Raffaele Sisto y Javier García. Este trabajo mide los 17 objetivos fijados por la ONU y analiza un total de 85 indicadores, destacando la movilidad, las desigualdades y la salud en el cambio climático. La localidad del noroeste de la capital destaca entre todas por su máxima puntuación en educación de calidad, producción y consumo responsable, acción por el clima, vida de ecosistemas, salud y bienestar, vida de ecosistemas terrestres y en paz, instituciones sólidas y justicia.  

 En la línea de gestión, el Ayuntamiento también apuesta por otras iniciativas comprometidas con el desarrollo sostenible. Una de las últimas acciones municipales encaminadas a contribuir con el cuidado del medio ambiente ha sido la inscripción del Ayuntamiento en el Registro de Huella de Carbono para la reducción de Gases de Efecto Invernadero, coincidiendo con el tema elegido por Naciones Unidas para conmemorar el pasado Día Mundial del Medio Ambiente celebrado el 5 de junio. 

La Huella de Carbono de cualquier institución es el número de toneladas de CO2 que dicha entidad emite anualmente a la atmósfera. Por ello, su cálculo es básico para el inicio de actuaciones de reducción del consumo de energía y para la utilización de recursos y materiales con mejor comportamiento medioambiental, al amparo del Protocolo de Kyoto y los Acuerdos de París, y propulsado a nivel local a través del Pacto de los alcaldes para el Clima y la Energía.