Necesitamos respirar. Y no nos referimos solo al acto de inspirar aire por la nariz, llenar los pulmones y expulsarlo después; sino a respirar en el sentido más amplio de la palabra, aquel que alude a un parón para desconectar y volver a conectar con uno mismo y con el entorno.
Vivimos tiempos difíciles. Los días pasados en casa han hecho que valoremos aún más sentir la brisa del aire en la cara, tomar el sol, salir a correr o simplemente dar un paseo por la naturaleza. La mente necesita una tregua después del shock: tras el confinamiento en la ciudad china de Wuhan, por ejemplo, gran parte de la población ha necesitado asesoramiento psicológico para adaptarse a la nueva situación.
En España el escenario también será complicado. Los expertos ya advierten de que tanto niños como adultos pueden desarrollar miedos a salir de casa con síntomas que varían desde sensación de agobio o ansiedad hasta falta de aire. Para sobrellevarlo, el contacto con espacios naturales puede ser una buena idea: el 22 de abril, el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón aprobó inicialmente el proyecto de reparcelación de Montegancedo, un ámbito que plantea un modelo de ciudad inclusiva, segura y sostenible.
En Montegancedo la naturaleza estará muy presente a través de un parque forestal del tamaño de 50 campos de fútbol donde se podrán practicar actividades deportivas al descubierto e, incluso, disfrutar de un centro de interpretación de la naturaleza. Será un espacio donde desconectar de la rutina y empezar, poco a poco, a respirar al aire libre.