Durante este verano se ha hablado mucho de la salud mental en el deporte, sobre todo después de lo ocurrido con Simone Biles. El Periódico de Montegancedo ha querido charlar con una referente del deporte español, ella sabe lo que es estar sometida a la máxima exigencia. Vanesa Zamora es un ejemplo en todos los sentidos, como deportista de tenis y pádel, entrenadora y empresaria. Su empresa, Metódika Eventos, es la encargada de gestionar y organizar diversos eventos relacionados con el mundo del deporte y el pádel.
Redactor: Juan Pablo Montero
¿Estamos volviendo a la normalidad de verdad?
Nosotros podemos decir que ya hemos vuelto casi a la normalidad. Estamos muy felices porque la gente tiene muchas ganas de divertirse haciendo deporte.
Los ves más nerviosos después de todo lo que ha ocurrido este último año y medio.
Sí, la gente realmente lo ha pasado mal. Hay cierta crispación por parte del público, pero poco a poco se está olvidando. Muchos de los aficionados acaban de descubrir este deporte (pádel).
¿Tú como exdeportista de élite y como entrenadora ves a los deportistas con mayor ansiedad?
No es tanto el hecho de que se contagien (son los que más suelen cuidarse) sino el haber estado encerrados tanto tiempo en sus hogares. Las lesiones han aumentado, han sufrido más roturas porque viene de estar parado tres meses. El año pasado hablábamos con Rafa Nadal de esto y nos comentaba que esto a los deportistas más veteranos les había venido fatal a la hora de volver al día a día. Este parón no lo habían sufrido nunca en su vida.
¿Cómo se enfrenta un deportista a un encuentro importante?
Todos los deportistas de alto nivel tienen en su equipo a un psicólogo, esto ha cambiado para bien en los últimos años.
¿Cómo afronta un deportista de élite una derrota?
Depende de las expectativas que uno tenga, al final el grado de frustración por la pérdida de un partido va a depender de lo que esperas de ese encuentro. No se puede generalizar porque cada deportista es un mundo. Siempre ha existido esta tensión, la ansiedad y la depresión entre los deportistas siempre han estado presentes, lo que pasa es que antes no se le ponía nombre y apellidos, pero siempre han estado ahí.
La sociedad está cambiando y eso es un gran adelanto. Hace poco hablaba con una deportista en activo de máximo nivel y me decía que ante un partido importante, lo que en su día era un disfrute, ahora ya no lo es. Puede ser por el entorno, que el entrenador no haya sabido enfocar el partido o por el propio deportista, no se disfruta. Al final se generan unos objetivos que no dependen de ti.
¿Las familias ayudan o hay ocasiones que pueden llegar a perjudicar?
Hay de todo. Mis padres desde muy joven siempre me dijeron que disfrutara y que viviese el momento, pero luego están los padres que no dejan de presionarte y que te ponen mala cara. Hay deportistas que durante el partido no dejan de buscar las reacciones de sus padres o su familia. Esto influye mucho en el rendimiento del profesional. Si ves que el jugador en vez de centrarte en el partido lo que busca son las reacciones de fuera, existe un problema.
Al deportista hay que darle herramientas, pero por desgracia hay entrenadores y padres que se les va la mano.
¿Has visto a algún padre extralimitándose?
Sí, desde pequeñita. Por ejemplo, una compañera de mis inicios, años después la vi en televisión hablando terriblemente de su carrera desde infantil y a la presión a la que estuvo sometida por sus padres, hipotecaron su casa para poder financiar los entrenamientos. Esto al final desmotiva y frustra al chaval.
Como te decía, lo he vivido siempre, desde pequeñita. Cuando eres niño eso se nota, el padre que anima o el que mete presión, se ve a la legua. Cuando ya son mayores esto cambia, los que se pasan de la raya son algunos entrenadores generando frustración al deportista.
¿Antes daba miedo y vergüenza?
Antes se utilizaba una expresión bastante fea para este tipo de situaciones, cuando alguien sufría estos episodios se decía que le había entrado ‘el cagazo’. Estamos hablando todo el rato de padres o entrenadores, pero también influye el grado de exigencia del deportista consigo mismo. También es importante distinguir la exigencia de un deporte individual a otro colectivo.
En el momento que se ensalzan más tus puntos débiles se produce esa rotura de los sentimientos del deportista y te puede pasar de todo. Por suerte nunca lo he sufrido, pero lo he vivido muy de cerca.
¿Cómo entrenadora o compañera qué le dices?
Para mí lo que no debe obviar ni olvidar un deportista es que se tiene que divertir, sí, que está muy bien ganar, pero como no disfrute tiene un problema. Se nota qué deportista disfruta y quien no. No tener motivación es lo peor que te puede pasar.
La tenista Naomi Osaka es un ejemplo, en Roland Garros se negó a dar rueda de prensa porque no estaba bien. No estaba preparada para compartir sus sentimientos y dio un paso al frente, no todo el mundo es capaz de hacer eso. Las reglas del circuito la sancionaron, pero ella valoró su persona por encima de unas reglas. Esto hay que analizarlo detenidamente, el circuito debería plantearse este tipo de cosas. No vale todo.
¿Las organizaciones con casos como el de Osaka o Biles están modificando su comportamiento?
En casos muy puntuales. Todavía hay mucho que cambiar. El mundo está más conectado con las redes sociales y esto tiene su parte buena y su parte mala.
Te vuelvo a repetir, esto está cambiando. Este año en el circuito de pádel ya había un par de casos de deportistas que se han tenido que retirar y esto antes era impensable. Depende de muchos motivos: expectativas, entorno, etc. Hay mucho que mejorar.