Son de Pozuelo de toda la vida, seguro que muchos los conocéis, pero lo que no se había hecho hasta el momento era poner en valor todo lo que han conseguido estos dos pozueleros.
Nino Salvatore, pozuelero, de origen italiano y un buscador de sueños a fuerza de pulsos.
¿Por qué pulsos?
Siempre fui un apasionado del fútbol, soñaba con ser Maradona (risas), pero en casa se echaban pulsos… Mi abuelo, el napolitano, desde muy pequeño me lo inculco, a él no le ganaba nadie y quería transmitirlo a todos. De mi familia fui el único que siguió su legado. Imagínate, mi madre y tías también echaban pulsos con él (risas).
¿Qué te dijeron en casa?
En casa estaban contentos y a la vez preocupados, el deporte era minoritario y todos los gastos corrían de mi parte. En la actualidad están contentos y orgullosos. Fíjate, hace 15 días gané el Campeonato de España y están contentísimas.
¿Cuándo empezaste?
Empecé a competir a nivel amateur en el año 97, en los torneos que hacía Marino Morales en las discotecas de moda de Madrid. A nivel profesional en 2004; establecimos el equipo en el desaparecido Gimnasio Team Pozuelo de la calle Tahona.
¿Cómo fueron tus inicios?
Fueron muy duros, nadie me enseñaba. Te juntabas con gente que le gustaba, pero nadie sabía. Los deportistas de élite no perdían el tiempo con los que estábamos aprendiendo. Te puedes imaginar, esto desembocó en dolores y lesiones. La mayoría por hacer el bruto (risas).
¿En qué momento te encuentras profesionalmente?
Soy el reciente campeón de España y tengo plaza segura para el Mundial. En este momento estoy sacando tiempo para entrenar, el objetivo es ser campeón del mundo. Será muy difícil, pero voy a por todo.
Quiero agradecerte la difusión y dar las gracias a todas las personas que creyeron en mí.
Sergio Redondo Amarilla, la música corre por las venas de este pozuelero que desde pequeño tuvo un sueño: dedicarse a la música. Lo consiguió y llegó a ser director de orquesta.
¿Desde cuándo empiezas a pertenecer a la Lira?
Mis inicios en La Lira empiezan con la asociación y con la banda en 1990. Empecé a estudiar clarinete con 8 años y con casi 10 entré en la banda junto con mis hermanos.
¿Cuál fue el motivo?
Principalmente el gusto por la música de mis padres, luego fuimos nosotros los que, con mucho estudio y trabajo, nos quisimos dedicar a ella.
Terminaste como director después de empezar desde abajo del todo. Un sueño hecho realidad.
Ser fundador de La Lira y crecer junto a ella musical y personalmente ha sido parte de mi vida. Gracias a ella he podido conocer a muchos amigos y lugares, bandas, orquestas y teatros. En 2008 me ofrecieron hacerme cargo de la banda juvenil y, gracias a esta oportunidad, he aprendido mucho ya no solo como director sino de los alumnos que han formado parte de ella. Este curso ha terminado mi ciclo como director.
¿Cuál es tu nuevo proyecto?
Soy el nuevo director artístico de la Escuela Municipal de San. Martín de Valdeiglesias, un nuevo proyecto que empiezo con muchas ganas e ilusión. Este es un proyecto en el que estoy seguro de que seguiré creciendo profesionalmente.